jueves, 29 de marzo de 2012

Amélie Nothomb

Las vueltas que da la vida. Hace unos meses, cinco para ser exactos, una amiga me recomendo leer a esta autora belga, en concreto su novela "Metafísica de los tubos* (Métaphysique des tubes, 2000), trad. de Sergi Pàmies, publicada por Anagrama en 2001.

Y de una forma totalmente casual, sin haberlo pedido, nos han enviado el libro de cuentos "Brillante como una caracola" con ilustraciones de Kikie Crévecoeur. Sobre el libro y nuestras impresiones hablare en otro post, pues aún no hemos tenido la reunión de puesta en común.

La he buscado en la red y esto es lo que dicen de ella en wikipedia:

nacida en Kōbe, Japón, (13 de agosto de 1967) es una escritora belga en lengua francesa. Debido a la profesión de su padre, diplomático de Bélgica, vivió, además de en Japón, en China, los Estados Unidos, Laos, Birmania y Bangladés.
Habla japonés y trabajó como intérprete en Tokio. Desde 1992, ha publicado una novela cada año.

Y en los archivos de El País he encontrado una entrevista

De su estilo nos dice que es ...
(...) esa maraña cosmopolita tejida en su obra sea la clave del éxito global que disfruta. Las fronteras exteriores e interiores. Otras cosas también. Asuntos serios como su obsesión por la identidad, y a la vez otros rasgos más livianos, pero no menos determinantes. Una frescura. Un descaro. Un estilo directo y mordaz. Entre irónico y nihilista, siempre rápido, brillante, sorprendente, sujeto a una extraña compulsión que le lleva a escribir a veces más de tres historias al año, aunque sólo publique una.

Y de su forma de trabajar y de ella misma ...
De cuatro a ocho de la mañana, como una especie de vampiresa de la literatura que después de beberse de golpe un litro de té chupa tinta antes de que salga el sol. Cuando la jornada del resto del mundo comienza, el trabajo de Amélie Nothomb termina. Y así va apilando cuadernos. Unos que han visto la luz, como Estupor y temblores, Metafísica de los tubos, Anticrista, Biografía del hambre o, ahora, De Adán y de Eva (Anagrama), y otros que guarda para sí misma sin enseñar a nadie. Relatos redactados a mano y escritos previamente en su cerebro, como dice ella, durante alguna noche de insomnio o en los trayectos de metro, bajo las calles de París y Bruselas, entre las que vive a caballo. "En una busco tranquilidad; en la otra, guerra”, comenta Amélie en la penumbra de su despacho en la sede de la editorial Albin Michel, al lado del cementerio parisiense de Montparnasse. Un despacho estrecho y pequeñito donde se apilan cajas, cartas y cuadernos en blanco que le envían sus lectores para alentarla a escribir más y más. No lo necesita. Le sale del alma.

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